

Definir quién es Steve Howe en la escena rock, es adentrarse en la carrera de uno de los guitarristas que mayor reconocimiento tiene a nivel mundial y no solo por su paso por Yes, banda en la que milita hasta el día de hoy.
A propósito de su cumpleaños 75, es justo y necesario reconocer en Howe a uno de los músicos más rupturistas de su generación, gracias a las influencias que tuvo desde pequeño, las que iban desde Les Paul y Tennessee Ernie Ford hasta la música clásica y el jazz encarnado en las figuras de Barney Kessel y Chet Atkins. De hecho, uno de sus temas más conocidos, “The Clap”, tiene mucho del sonido de este último, canción que forma parte del panteón de las mejores interpretaciones de Howe y que prácticamente, ha tocado en cada uno de sus conciertos desde 1971 a la fecha.
Para 1971, Howe había pasado por bandas como The In Crowd, Tomorrow y Bodast, y hasta fue tentado a unirse a Jethro Tull y The Nice, pero finalmente sería en Yes, reemplazando a Peter Banks, donde encontraría el sendero que lo llevaría a convertirse en uno de los músicos más admirados de su generación. En este quinteto, encontró la libertad suficiente para componer, especialmente junto a Jon Anderson y Chris Squire, temas en los que despliega no solo su talento, sino que también explorar diferentes géneros para amalgamarlos con el singular sonido que la banda logró en la primera mitad de los ’70, utilizando para ello diversos tipos de instrumentos de cuerda, tanto eléctricos como acústicos, para incluir diversos estilos como el blues, el country, el folk, el barroco y el flamenco en las composiciones de discos de la talla de “The Yes Album” (1971), “Fragile” (1972), el monumental “Closet to the Edge” (1972), “Tales From Topographic Oceans” (1973) y “Drama” (1980), por solo mencionar algunos en donde su sello, marca la diferencia.
Pero no solo en Yes brilla la guitarra de Howe. En los ’80 formó parte del supergrupo Asia junto a John Wetton (King Crimson) en voz y bajo, Geoff Downes (Yes, Buggles) en teclados, y Carl Palmer (Emerson Lake & Palmer) en batería. También lideró el proyecto GTR junto al ex guitarrista de Genesis, Steve Hackett. Con ambos, tuvo bastante éxito comercial. El sonido Howe también puede ser escuchado en el disco debut de Lou Reed (1972), en el álbum “Welcome to the Pleasuredome” de Frankie Goes to Hollywood (1984), “Age of Impact” de Explorers Club (1998) y por supuesto, en una de las más míticas colaboraciones del guitarrista en el disco “Innuendo” de Queen (1991), pues en el tema del mismo nombre, Howe aporta con el impresionante solo de flamenco en guitarra acústica.
Si bien su carrera como solista comenzó en 1975 con la publicación de “Beginnings” y posteriormente con el que para mí es su mejor disco, “The Steve Howe Album” (1979), no fue sino hasta 1991 con la edición de “Turbulence” que la consolidó, publicando casi un disco por año hasta la fecha. Aquí se puede abrir la discusión respecto de la calidad de estos álbumes, pero difícilmente respecto de la técnica e indagaciones que Howe hace en diferentes estilos. No por nada, entre 1976 y 1981, los lectores de la revista Guitar Player lo votaron como Mejor Guitarrista, hecho que provocó que los editores de la publicación, lo retiraran desde ese momento de la competencia general, para traspasarlo a la categoría de los grandes indiscutidos.
Howe nos ha regalado temas, riffs y solos que hicieron historia. Ya mencionamos “The Clap”, que a estas alturas no se puede mencionar sin hablar de otro de sus grandes solos acústicos, “Mood for a Day” de 1972, al que se suma “Masquerade”, de 1991. Sus solos son memorables, comenzando por “Yours is no Disgrace” de 1971, las versiones en vivo de “Starship Trooper” a partir de ese mismo año, el memorable riff de “Machine Messiah” (1980) que suena más a Black Sabbath que a Yes y por supuesto, la intro acústica y la melodía de “Roundabout” (1972) que hasta hoy, es quizás la más recordada (y hasta usada en videos de YouTube y TikTok) por usuarios que probablemente, no sepan su origen.
Aunque dos veces se alejó de Yes, desde fines de los 90 que volvió a militar en la banda cuyos últimos álbumes han sido recibidos con críticas diversas. Eso no resta méritos a uno de los guitarristas más talentosos e influyentes del rock, creador de un sonido único y exquisito, digno de análisis y estudio, pero por sobre todo, para disfrutar en cada una de sus facetas, tanto solista como integrante de las diversas agrupaciones y proyectos en los que ha dejado su huella imperecedera.
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Iván Ávila Pérez