
No creo que convenga hacer críticas después de tres décadas a un concierto tan monumental, emotivo y lleno de figuras notables del rock como fue el tributo a Freddie Mercury, realizado en el Estadio Wembley (Londres, Inglaterra) el 20 de abril de 1992.
Luego de la muerte de Mercury, víctima de una bronconeumonía provocada por el VIH que lo afectaba, Brian May, John Deacon y Roger Taylor decidieron realizar esta presentación llamando a participar de ella tanto a músicos amigos, colaboradores y bandas que han reconocido la influencia de Queen.
Así se logró concretar 30 actos divididos en dos secciones. La primera, con la presentación de bandas como Metallica, Extreme, Def Leppard, Guns n’ Roses y U2 (vía satélite) cantando temas propios y algunos covers de temas de Queen. La segunda, liderada por los tres miembros restantes de Queen más invitados de una variada gama de géneros musicales y amistades de Mercury y la banda, dejándonos momentos memorables y extremadamente emotivos sobre el escenario.
Es difícil escoger solo algunos de esos momentos, sin embargo, es justo y necesario mencionar la versión de “Bohemian Rhapsody” liderada por Elton John y Axl Roses, tras la cual se mantiene John en el escenario, acompañado ahora por el guitarrista Tommy Iommi (Black Sabbath) para azotarnos con una contundente versión de “The Show Must Go On”.
Tampoco podemos dejar de lado la conjunción de May, Taylor y Deacon junto a David Bowie, Mick Ronson y los Def Leppard Joe Elliott y Phil Collen para entregarnos una tremenda versión de “All The Young Dudes”, así como también la potente versión de George Michael de “Somebody To Love”. Y si de potencia se trata, nada más escuchar y disfrutar de “Stone Cold Crazy” que reunió a James Hetfield (Metallica) y Tommy Iommi en el escenario.
Si de momentos emotivos se trata, inolvidables las presentaciones de Lisa Stansfield cantando “I Want To Break Free”, de Seal con una entrañable versión de “Who Wants To Live Forever”y sobre todo, ese espectacular y, a estas alturas, inmortal cover de “Under Pressure” en las voces de David Bowie y Annie Lennox.
En suma, uno de los conciertos más emotivos de la historia y también, de los que más estrellas de peso y trascendencia ha reunido en un solo escenario. A las 72 mil personas en el mismo estadio, se sumaron 500 millones de espectadores durante la retransmisión y la recaudación de 20 millones de libras para la Mercury Phoenix Trust, la fundación creada por los integrantes sobrevivientes de Queen en ayuda a las personas que viven con SIDA.
De todas maneras, mirando hacia el pasado, esta presentación es como un hito que marca el fin de una época y el comienzo de otra y no quiero que suene como un juicio, sino que simplemente como uno de esos momentos que marcan precisamente, un punto de inflexión en la historia de la música, aunque en ese instante no nos demos cuenta. Y como tal, este concierto perdurará en la memoria de los fans de la música, ojalá, por siempre.
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Iván Ávila Pérez
